Variaciones Sabáticas sobre temas de Bialik

I

Profeta, vete y huye,

Amos, VII, 12

¿Vete y huye?

No , un hombre como yo no huye nunca,

los bueyes me enseñaron a hacer lenta la marcha,

torpe es mi lengua, roto candelabro,

y cae como un hacha pesada mi palabra.

Si disipo mis fuerzas vanamente, ¿ quién puede

reprocharme esta entrega como un sordo delito?

No encontró mi martillo bajo sí un solo yunque

y mi hacha cayó sobre un tronco podrido.

Remontó mi albatoza ríos desesperados

que aullaban en la sombra verdegay de las islas,

hermanos, mis hermanos, las estrellas cayeron

pero estuvimos ciegos de luz como ellas mismas.

No se laña el destino como un roto tibor,

ataré mi cintura mis viejas herramientas

y como un jornalero que no cobra su día

regresaré a mi casa, diáfana entre las piedras.

Regresaré a mi casa, me perderé en los valles

y cantaré debajo los altos sicomoros,

detrás de la tormenta, delante la tormenta,

tremendamente solo.

II

¿ Cuál es mi crimen? ¿ Cuál mi fortaleza?

¿ Quién sitió mi morada? ¿ Quién me venció de amor?

yo no soy un poeta ni un profeta,

tan sólo soy un leñador.

Leñador en el alba- un hombre con un hacha-

un obrero que quiso estar a vuestro lado,

yo soy el jornalero de un brevísimo día

y os digo que no es tiempo de palabras, hermanos.

No ha declinado el día, mi mano no está débil,

el hacha no descansa,

¿mas sabemos, acaso, cómo alzar nuestro rostro

y con qué recibir la estrella de la mañana?

Carne de las campanas que enardece la tierra,

silencio, a cada instante nace un nuevo dolor,

del árbol nacen cunas y ataúdes y mesas

y en el temblor del pájaro tiembla la voz de Dios.

Yo no soy poeta ni un profeta.

Tan sólo soy un leñador.

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