La última palabra
(Profética)
Dios me han enviado a vosotros porque vió que la angustia
os sofoca, y la inercia vuestra existencia mustia;
que vais invejeciendo día a día;
que os corrompe y deshace una lenta onía;
que desmayada está la voluntad,
Y, contemplando Dios lo que pasa aquí abajo,
se acordó de su pueblo y a vosotros me trajo.
Y asi me dijo Dios:
“Yo ya no puedo más! | Es demasiada carga!
Haz que su corazón exhale una honda voz:
arranca de sus ojos el manantial del llanto,
y grave sea la lágrima y amarga.
y recio sea el jay! de su quebranto.
de modo que la tierra se estremezca
y se sacuda toda, y la maldad perezca”
Y yo he obedecido emprendieno la vía;
de infinidad de piedras sembrado estaba el suelo,
pero sólo un sentir, pero sólo un anhelo
en el haz de mis huesos, soberbiamente ardia.
Sabia que os hallabais entre malas serpientes
y nadie con vosotros, ni en vuestras propias gentes…
A mi vuestra aflicción hostigábame aguda,
y crei necesario que os prestara mi ayuda,
pues Dios me ha castigado con un corazón tierno
un corazón que sufre por las penas
del prójimo, que le oprimen las angustias ajenas
y que se va quemando en todo infierno.
Supe de la congoja que en vosotros gravita,
y crei que sentis vuestra tremenda cuita,
que estranguláis, callados, el llanto en la garganta,
que buscáis un consuelo y una ayuda en la vida,
que buscais un consuelo y una ayuda en la vida,
y todo minuto es caro que en la hora se adelanta…
¡Ya voy! ¡Ya me aproximo! Curaré vuestra herida,
sangraré con vosotros vuestro propio dolor,
y donde sea preciso vendaré la rotura,
y donde necesario, la sangre que supura
de la brecha en la carne, lameré con amor.
He de calmar, llorar e implorar sin desvelo;no dejaré que ruinas tengáis por heredad.
¡Ya voy! ¡Ya me aproximo! Os traigo mi consuelo,
pues soy un mensajero de ternura y piedad.
Poemas: versión de
Rebeca Mactas de Polak
Editorial Israel Buenos Aires 1949